jueves, 3 de marzo de 2011

Un viaje en el tiempo: Cadenas productivas y asociatividad en la Sierra del Perú

Recientemente visité un ejemplo de cadenas productivas y asociatividad en la Sierra del Perú. En el Valle del Mantaro, una planta procesa fondos de alcachofa y jalapeños y las exporta a los mercados internacionales de la Unión Europea y los Estado Unidos.

La planta en cuestión, fue establecida por empresarios de la Costa del Perú en el año 2002, y empezó procesando corazones de alcachofa de los tipos Lorca y criolla, esta última es la que tiene espinas y que de niños chupábamos hasta la última hoja remojadas en salsa de aceite y vinagre y al final comíamos como premio el fondo de la misma.


La cadena la completaba  un articulador y socio dedicado  a la colocación del producto  en los mercados exteriores. Hoy en día dicha planta, AGROMANTARO, exporta más de 80 contenedores anuales de fondos de alcachofa y ha empezado a cultivar en la Selva jalapeños y los procesa y exporta a los mercados de USA. Este cultivo presenta otro singular ejemplo de interdependencia regional que se aparta del modelo centralista del Perú: Cultivar en la Selva, procesar en la Sierra y exportar desde la Costa

En la actualidad emplea, durante la etapa de procesamiento, más de 500 operarios, casi en un 90 por ciento del género femenino. 

 

La materia prima proviene de agricultores independientes del Valle del Mantaro, que en su mayoría, han sido apoyados mediante convenio por el PRONAMACHCS, hoy AGRO RURAL, para reconvertir sus cultivos de papa a alcachofas. La planta también genera trabajo para  más de 3,000 familias de agricultores independientes

Es una verdadera cadena de producción y asociatividad que involucra también a autoridades Regionales, Municipales y Locales.

Al contemplar a lo lejos la impresionante área y tamaño de esta planta de producción y el gran número de actividades involucradas, vino a mi mente en segundos un torbellino de ideas y un viaje en el tiempo sobre la evolución de los procesos políticos, sociales y productivos que se han sucedido en el Perú nada más en los últimos 50 años.

Cerré los ojos hasta que mis pestañas entrelazadas entre si me hacían ver  la planta borrosa y pensé:

Si esta misma planta la estuviera contemplando durante el periodo previo a la Reforma Agraria, (1969) podría ser una gran hacienda en la cual el propietario  de la planta era también el dueño de la tierra y las áreas de producción circundantes. O sea una cadena de producción que, podría ser eficiente, pero en la cual no había una justa redistribución del ingreso y articulación comercial con productos principalmente tradicionales.

Luego me imaginé: si la estuviera contemplando después de la reforma agraria, en la época de la dictadura militar,  seguramente esta planta habría sido nacionalizada, y tanto planta como las áreas de producción colindantes estarían siendo operadas por una empresa estatal totalmente politizada que alcanzaba a los cargos directivos y laborables, sin ninguna articulación con mercados locales ni exteriores.

Pero abrí ojos y pensé, “es hoy y estoy aquí”, aún en la primera década del Siglo XX1. Lejos quedaron las haciendas de la "gran agricultura", lejos quedó el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada y sus Cooperativas Agrarias de Producción. Hoy nos encontramos en una cadena de producción en la Sierra  que comprende a una  empresa Privada, productores agrarios independientes, el Estado Central, las autoridades regionales y locales  y los articuladores de los mercados externos.

¿Esquema ideal de justicia social y redistribución?

Si bien es cierto este gobierno y la sociedad civil en general han contribuido a reducir la pobreza  de 50% a 30% en la última década, no podremos descansar hasta que el último peruano se encuentre fuera de ese estado. Debemos reconocer que se ha avanzado significativamente hacia un esquema de producción mas justo y equitativo. Un trabajo en equipo que brindará una mejor calidad de vida para mas peruanos. Significativa evolución en menos de 50 años ¡ La reciente Ley 29482 de Promoción de Actiidades productivas en las Zonas Altoandinas promueve el establecimeinto de empresas ubicadas a mas de 2800 msnm.

Esta empresa no puso reparos ni encontró dificultades en la tenencia de la tierra de los productores, el acceso a los mercados, la distancia a la capital, Lima, la altura, la articulación hacia los mercados del exterior. Simplemente apostó por la Sierra del Perú e invirtió en ella.

Este es un reto que tenemos que asumir los peruanos: un trabajo en equipo en el cual TODOS se beneficien y participen en el desarrollo económico de nuestro país.

Es uno de los caminos por los cuales  que se puede lograr una redistribución del ingreso conducente a una Paz Social y un Perú económicamente más fuerte, pero a su vez socialmente más justo.

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